Yo llevaba mucho tiempo queriendo ir a Londres y parecía claro que en breve iba a reservar los billetes y que ese iba a ser mi plan de verano. Pero, hablando con mi media langosta sobre el viaje de mi compañera, se nos encendió una bombillita. ¿Y por qué no hacemos algo diferente este año, cogemos el coche y vamos a Brujas, que es un destino que tienes ganas de conocer?
Mi primera reacción: What? |
Google dice que hay 1.544 kilómetros
Nosotros habíamos hecho otro road trip hacía unos años a Portugal y otros tantos por España pero, desde luego, por número de kilómetros, la aventura belga era la de mayor enjundia. Lo que tuvimos claro desde el principio es que no íbamos a conducir durante 14 horas seguidas para llegar a Bélgica sin más, sino que haríamos las suficientes paradas como para tomarnos el viaje con calma y disfrutar de él.
Mi segunda reacción: ¡nos vamos a Bélgica! |
Definiendo el itinerario
A pesar de que quedaba menos de un mes y medio para la fecha de viaje elegida (27 de junio), os puedo asegurar que tuve tiempo de sobra para organizar todo. Lo primero, fueron las paradas que íbamos a hacer. Y el itinerario quedó tal que así:
La primera etapa que haríamos sería Madrid-Burdeos, unos 700 kilómetros de coche en el primer día por estar más frescos que una lechuga, con sus correspondientes paradas. Esta primera parada la tenía más que clara cuando empecé a mirar el mapa. Burdeos: la capital de Aquitania.
La segunda etapa fue sugerencia de la media langosta. ¿Y vamos a ir a ver la playa del Desembarco? Pues claro, paradita en Normandía. Aquí tenía previsto un hotel en la misma playa de Omaha pero, al final, me decidí por un pequeño pueblo con mucha historia de la II Guerra Mundial: Bayeux. Todo un acierto.
La tercera etapa ya nos llevaba a Bélgica, concretamente a Brujas, que fue nuestro campamento base. De ahí, iríamos a Bruselas.
En un principio, la vuelta pensábamos hacerla por Nantes pero cambiamos el itinerario sobre la marcha, y me alegro porque cerca de Niort, donde hicimos noche, encontramos uno de los pueblos franceses más bonitos: Coulon.
Última parada antes de volver a Madrid: Zarautz, ese pueblo costero del País Vasco que Arguiñano ha puesto tan de moda y del que me llevé fotos de postal.
En total: cerca de 3.400 kilómetros de experiencia para nuestros cuerpos. Y, sin duda, uno de los mejores viajes que he hecho nunca.
¿Cómo, que todavía no te has convencido? No te preocupes. Sigue leyendo nuestra experiencia de viaje en los siguientes posts y, cuando llegues al final, me cuentas.
Última parada antes de volver a Madrid: Zarautz, ese pueblo costero del País Vasco que Arguiñano ha puesto tan de moda y del que me llevé fotos de postal.
En total: cerca de 3.400 kilómetros de experiencia para nuestros cuerpos. Y, sin duda, uno de los mejores viajes que he hecho nunca.
¿Cómo, que todavía no te has convencido? No te preocupes. Sigue leyendo nuestra experiencia de viaje en los siguientes posts y, cuando llegues al final, me cuentas.
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